miércoles, 28 de marzo de 2012

NICO

En este erasmus no se trabaja nadaaaaa (ya sabéis la entonación característica). En realidad mis amigos no trabajan nada, o dejémoslo en que trabajan poco, porque yo paso varias horas del día en mi querido/odiado lab.
Todas las mañanas me despierto a eso de las 8, desayuno mi café recalentado, y rápidamente intento coger a tiempo mi primer medio de transporte, el tranvía nº 4, en el que siempre siempre siempre hay un revisor tocándote las narices. Tras aproximadamente 25 minutos llego a Caio Mario, mi parada, donde, y si los cálculos no me han fallado, cojo mi segundo medio de transporte, el autobús 43.



El 43…podría hacer una tesis doctoral hablando sobre el…suele ser naranja, aunque alguna veces es azul, no tiene calefacción, no tiene aire acondicionado, muchas veces no pasa, otras veces el pobre se queda parado en mitad de la nada, unas veces es peligrosamente rápido, otras tantas es cansinamente lento. Sólo hay una cosa buena de coger el 43…las vistas, siempre y cuando el día este despejado.


Tras 20 minutos, por fin llego al hospital (ospedale St. Luigi Gonzaga). Esta a unos 10 km del centro de Torino, por eso tardo tantísimo en llegar. Tiene unos pasillos inmensos, haceros a la idea, desde donde me deja el autobús hasta el lugar donde trabajo tengo 1km.


Tras toda esta odisea, las puertas del NICO (Neuroscience Intitute Cavalieri Ottolenghi), se abren ante mí. Es un área de investigación, y a pesar de estar dentro de un hospital, no tiene nada que ver. Nada más entrar ves una estancia amplia, con el techo en forma de cúpula de colores y dos escaleras laterales, que te llevan directamente a los laboratorios.



La primera puerta, es el ufficio(oficina), donde tengo mi pequeño puestecito con mi silla, mi mesa y mi ordenador.


Aquí, mi lugar de curro, mi pequeño laboratorio, donde trabajo con mis receptores, donde hago mis inmunohistoquímicas, donde me desespero muchas veces. Lo que veis dentro de esa cajita con pequeños agujeros, son secciones de cerebelo, filetillos de ratita o ratoncito, pero muy muy finos.
Os enseñaría encantada a los ratoncillos…pero por desgracia…ya no me queda ninguno vivo.




Normalmente, no me voy a casa hasta las 4 o 5 de la tarde, por lo que me toca comer en el hospital. La mensa es una pasada, comida casera, sana que es muy importante, y abundante, ¿lo mejor de todo?, el precio, 1euro. Si, no es una coña. Primer plato, segundo, contorno, postre y bebida. Vuelvo a repetir, por un euro.
No es que me apasione trabajar aquí, tampoco es que me apasione mi proyecto, pero es una forma muy importante de coger experiencia y de completar curriculum. A pesar de todo, me lo paso estupendamente y aprendo italiano. Estas son mi “amigas”, mis colegas del lab. La chica de las gafas de llama ginebra, es de Genova. La otra, es la famosa “mio amore”, se llama Benedetta.


Formamos un buen equipo buscando maromazos en la mensa. Este, sin duda es mi preferido!!


Bueno y después de este tostón, os voy a hacer un regalo…si si, que desde la entrada de curiosidades piamontesas allá en el lejano septiembre, estabais deseosos. Aquí está, lo que toda buena enfermera, celador o cocinero necesita para moverse por mi hospital.


Todos sigue muy bien por aquí, disfrutando cada momento como si fuese el último, y ahora con el sol más aún. Preparo mi viaje de Semana Santa, será por Italia. Os contaré. Un beso fuerte para todos. No me olvidéis!!!















1 comentario:

  1. Jolin canica!que vida te has montado..lo de la mensa de un euro es que es super baratito..como te cuidan estos italianos...aiss que te gusta ya mucho el lab...=P
    1bsito

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