SACRA DI SAN MICHELE

Pues la mañana comenzó, con dos biólogas yéndose de excursión. Destino, Sacra di San Michele, lugar donde se inspiró la película del Nombre de la Rosa. Estaba todo planeado, cogíamos un tren en Torino, en media hora llegábamos a Avigliana (Avellana), desde donde partía un autobús directo a la sacra (información de la página web). Ilusassss ilusassss!! En Avellana se rieron de nosotras, no existía tal autobús, así que tocaba hacer el camino andando, fuerza, fuerza. Tras una hora de camino, y ver un lago muy bonito, decidimos preguntar, porque sólo hacíamos que ver la sacra a lo lejos en un monte, pero ninguna indicación nueva. Para ir andando, no se iba desde ese pueblo, era desde el siguiente, había que desandar el camino hecho…de nuevo a la estación…con un calor increíble…a la desesperada intentamos hacer autostop…pero nada.

Por nuestros santos cojones, y para que el resto de nuestros amigos no se descojonaran demasiado, habíamos decidido subir a la sacra. Ya estábamos en la estación, aquí conocimos a una rumana, que había vivido dos años en Gandía (los mejores de su vida), sabía hablar un poco español, pero a voces, intentó contactar con un servicio de taxis, pero eran demasiado caros, y tras advertirnos que estábamos locas al proponernos subir andando, nos indicó muy amablemente el camino.

Locurón, 600 metros de desnivel, dos horas de camino entre bosque, vegetación, piedras, y por supuesto cuesta arriba. Bebimos 4 botellas de agua, no meamos, sólo sudábamos. Yo con camiseta amarilla…imaginaos, Camacho a mi lado, nada.

Dos horas después, alcanzamos la cima, dábamos verdadero asco. Allí la gente estaba bien arregladita (claro habían subido en coche), olían bien…Cogimos la visita guiada, y la señora que nos vendió  los tickets, en un primer momento no sabía si venderme eso o una toalla para secarme el sudor.

Mereció la pena, preciosa, y con unas vistas increíbles, lo triste es que nosotras no veíamos las vistas, veíamos el pedazo de monte que tendríamos que bajar luego.

A la desesperada, y sin tener salud para desandar el camino subido, hablamos con una gentil señora, le rogamos que nos bajara en su coche, la cual accedió encantada, que buenas personas hay por el  mundo madre mía.

Os daré tres sabios consejos por si queréis hacer la misma excursión que yo:

1)      No hagáis caso de las páginas web

2)      No llevéis nunca una camiseta amarilla, ya no sólo por el sudor, sino porque el amarillo atrae a miles de bichos

3)      Joder, alquilar un coche