lunes, 11 de junio de 2012

BUDAPEST


Un viaje surgido de la nada…sólo hacía falta meterse en la página de ryanair una noche, ver que había vuelos por 3 euros y cogerlos, ya estaba liada la cosa. Así podríamos comprobar con ciudad nos quedaríamos, con Praga o Budapest (guiño guiño)
Aunque cogimos vuelo 6 personas al final sólo pudimos irnos 5.
Salimos de Torino a las 5 de la tarde rumbo a Milano, desde donde teníamos el vuelo (siempre hay que ir con tiempo). Una vez en el aeropuerto, cenamos nuestros ricos bocatas de casa, sentados en un macdonalds, al puro estilo español. Ya estaba todo listo, horita y poco de viaje y aterrizamos en Budapest.
Como el transporte público en esta ciudad se termina a las 23:00, Sara, muy previsora ella, contrató una empresa para que nos recogiera. Su sueño se hizo realidad, un señor con un cartel bien grande con su nombre, esperándola en el aeropuerto. Que pena que no fuese un auténtico maromazo. Con una furgoneta al estilo gitano, pusimos rumbo hacia nuestro albergue. Estábamos algo cansados, así que tras planear un poco lo que veríamos al día siguiente, nos fuimos a dormir.


Amanesiaaaa en Budapest, un sol espléndido, todos veraniegos y dispuestos a patear. Esa mañana decidimos hacer un freetour. Hubiese sido perfecto, pero era en inglés, y entre el calor que hacía y que la tía solo nos contaba historia e historia, acabé poniendo el automático y hacer mi propio freetour. Lo que me quedo claro es que Budapest es una ciudad surgida de la unión de 2, Buda(parte antigua, en cuesta) y Pest(más moderna y llana), separadas por el Danubio y unidas por el puente de las cadenas, que se conoce así, porque la estructura recuerda a la cadena de una bicicleta. Nunca hay que confundir Budapest con Bucarest, aunque sólo se diferencien en una letra.




Esa mañana nos quedamos en Buda, y nos fuimos a comer con los del freetour, a un sitio típico húngaro. Comida muy especiada, pero rica.


Ya por la tarde y con un calor increíble, fuimos al Bastión de los pescadores, donde había unas vistas geniales de la ciudad.





Lo mejor del día aún estaba por llegar, las termas. Es como un pequeño balneario español, con piscinas de diferentes temperaturas,  tanto exteriores como interiores, chorros, saunas de 50 grados asfixiantes, saunas con aroma, y lo mejor de todo piscinas de agua helada que te dejan con esa sensación increíble de bienestar corporal. Tantas burbujas y temperatura había, que a unos les daba por jugar al ajedrez dentro del agua y a otros por hacer marranadas.



Como el agua dicen que da hambre, cierto es, y más aún si llevas una solitaria en la barriga, como le pasa a Javi, pasamos rápidamente por el albergue para ponernos un poco decentes e irnos a cenar. Esta vez tocaba guarro, hamburguesita casera húngara.
Después de cenar fuimos a uno de los sitios típicos de Budapest a por unas cervezas. Es una antigua fábrica, que por fuera parece un edificio en ruinas, pero que por dentro es un bar gigante, con diferentes salas decoradas con cosas encontradas en la calle. Estuvimos media hora hasta que encontramos la barra de los cócteles, y una vez encontrada, y como siempre pasa con el cambio de moneda, no teníamos suficiente, asi que la cerveza sustituiría al mojito.



La decoración de la fábrica no me sorprendió tanto cuando al ir por la calle encontrabas montañas de mierda, con personas sentadas en silla de mierda, supuestamente esperando a vender esa mierda, cuando digo mierda es mierda, todo lo que les sobraba en casa lo sacaban a la calle, muebles, trapos, televisores, cables, calzoncillos…lo extraño, es que sólo lo vimos esa noche, a la mañana siguiente todo había desaparecido.



Primer día finalizado, a ponerse el pijama (Javi, tu ya si eso duermes en calzoncillos que tu pijama estará muy bien dobladito sobre tu cama en Torino. Y ya si eso, le das la vuelta a los calzoncillos para que no se note que son repetidos. Cuidado con los pedos pintores).
Por la mañana y después de repetir en el sitio del desayuno, comenzamos a caminar por el barrio judío, vimos la sinagoga, y terminamos la mañana en el mercado, donde comimos en puestecillos otro poco de comida húngara especiada.



Por la tarde y después de un cafetito fuimos al parlamento, a ver el monumento a los caidos (son zapatos colocados a la orilla del Danubio) y a ver también la Isla, donde justamente se estaba celebrando el record guiness al mayor número de parejas dándose un beso, ahí en todo el meollo estuvimos.
Comenzó a llover, asi que nos refugiamos en un bar a echar una rica cerveza.
Ya no teníamos más noches de albergue, no nos merecía la pena, así que, a cenar nos fuimos por una de las calles principales, como habíamos sacado más dinero de la cuenta decidimos pegarnos una cena de señores (todos sacamos dinero menos Élena, que ha adquirido el nuevo poder de desmagnetizar tarjetas).  Entramos a un sitio, donde queríamos comer una montaña entera de carne que habíamos visto por la tarde, y ya si eso, una ensalada como acompañante. Nos atendió un señor gordo bigotudo, que nos dijo, que no podíamos pedir solamente eso, que teníamos que pedir un plato por cabeza, y claro, la ensalada no contaba como plato…fue el momento de decir HOLAAAAA…la ración de carne es enorme….HOLAAAA…no nos queremos poner como tú….HOLAAAA….nos levantamos y nos fuimos.
Indignados, nos fuimos a otro sitio. Un camarero que sólo miraba al suelo y decía aja aja nos atendió. Volvimos a pedir carne, ensalada, y otro plato de aperitivos húngaros. Nos trajo un plato dividido en tres. Media hora esperando a que trajera el resto, y el camarero no venía. Total, que no nos había entendido una mierda de lo que le habíamos pedido, la cocina ya estaba cerrada, así que después del mini aperitivi, nos fuimos. ¿Holaaaa? No entendíamos la mala suerte que estábamos teniendo…así que decidimos ir a la fábrica en ruinas y pedir un panini de bacon y queso, a lo seguro. Sería una noche larga, hasta las 4:30, no cogeríamos el taxi para el aeropuerto. Así que con cervezas y juegos se nos pasó rápido la noche.
Nos fuimos a la consigana del albegue a por las maletas, nos pusimos ropa más abrigadita y al taxi. Nos quejamos de cómo conducen en Italia. A parte del mareo que tenía encima, temí en varias ocasiones por mi vida a bordo de ese taxi.
Ya estábamos de nuevo en el aeropueto…madre mia que perezaaaaaaaaaa…nos esperaba un viaje de vuelta cojonudo!!!


Ahora es cuando os digo…que me quedo con Praga!!! Ya sabemos la respuesta!! Pero como siempre, ha sido un viaje increíble, gracias chicas y gracias chico con reloj gay. Chorsss!!














1 comentario:

  1. menuo viajecito!!!intenso pero bien aprovechado...y os daria tiempo a ver el partido de spain???que no hay que olvidar las raices!jajaja...
    cuidate mi canica!!=P

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