VISITAS Y LA GRAN NEVADA

" Se llama visita a la acción de cortesía que se realiza yendo a casa de un familiar, amigo o conocido por atención, conversación, amistad o consuelo "

Pues bien, la primera acción de cortesía fue de Soña, Rocío y Cris S.G. sin duda fueron para mí ese cargador de pilas que tanto necesitaba. Disfrutamos de la pasta, la pizza, y de la movida de los años 80. En mi residencia se celebró la mejor fiesta muerte de la historia. Fue la despedida de Roberto, que nos abandona, y había que hacerlo por todo lo alto. Temática ochentera, con amigas que molan tanto y que no les importa vestirse de lo que sea, canciones motivantes, alcohol de por medio y alcohol por el suelo, lanzamientos de objetos ventaneros, descorche de cocacolas y unos cuantos bailes en lapsus, hicieron que la noche, fuese grande.  

Durante esta visita, Torino, y su tiempo comenzaron a volverse locos. Pudimos ver cada día una estación del año. Un Sol radiante de verano el primer día, un cielo algo cubierto el segundo como la típica tarde de otoño, y la gran nevada del domingo. Gran gran nevada sin duda, ha durado la broma una semana completa. Aquí cunde el pánico, se cierran universidades, se cancelan exámenes y el transporte se vuelve loco completamente, estos italianos, mamma mia. A pesar de que la ciudad está preciosa, el frío que hace, te empuja a no salir mucho de casa. 

Ah bueno y tengo que sumar también unas buenas anginas mezcladas con esa fiebre característica tan asquerosa. Menos mal, que il mio amore del laboratorio, también tenía ración de fiebre, y no he tenido que ir en toda la semana a trabajar, perfecto para sacar fuerzas para la siguiente acción de cortesía.

En esta ocasión Adri, Javi y Laura se dejaron caer por aquí. Un fin de semana completo, Torino exprés se podría llamar, sólo ha faltado una cosa, una buena fiesta. Pero como todo no se puede tener, hubo que conformarse con unas buenas jarras de cerveza, y una ¿fiesta polaca?, en realidad fue una mierda, la fiesta consistió en ver a una tía, subida a una barra, en sujetador y con barriga cervecera. ¿Típica polaca? Pues tendré que ir a ese país para comprobarlo, ya tengo una excusa.

Todo no puede durar para siempre, y la ley de las visitas está muy clara. Las visitas, no dejan de ser visitas, tal como vienen, se van un día.

Ahora ya, en la soledad de mi stanza, empiezo a reservar albergues, mirar trenes, y a preparar maleta para esa pequeña escapada, de la que sólo os puedo adelantar tres nombres: Bratislava, Viena y Praga. En la próxima entrada, prometo dar todos los detalles.

Gracias a todos los que habéis venido a verme, gracias a todos los que leéis esto y gracias a esta gente increíble con la que comparto el Erasmus, porque sin vosotros, nada tendría sentido. No me olvidéis!!!!