En primer lugar, lo más díficil, elige un idioma, elige un destino, y comienza a rellenar papeles.
En segundo lugar, acreditar el nivel necesario del idioma seleccionado con un curso de tres meses.
En tercer lugar, ¡LA TEMIDA REUNIÓN ERASMUS!, donde por rigurosa expediente, tu coordinador va nombrando personas, se van eligiendo destinos, y lo peor de todo, se van terminando, toca tachar en tu lista, o no, aún hay esperanza, tu ciudad está libre.
En cuarto lugar, aprobar los créditos necesarios.
Supondréis, que si este blog esta abierto, es que conseguí superar los 4 requisitos. Pero, ¿Por qué Torino?, ¿Qué narices se me ha perdido a mí allí?
Desde el principio tuve claro que quería irme a Italia, en realidad, y para ser sincera, no por el idioma, no me llamaba especialmente la atención, pero si por la experiencia, y las buenas palabras que había escuchado.
Entre una lista de 7 ciudades italianas, me decanté por Torino, una ciudad grande, pero a la vez acogedora, y que estaba en el norte del país.
Me voy a una residencia, muy dificil en tierras italianas, pero no imposible, y si cuentas con ayuda mucho más sencillo. Realizaré un proyecto de neurobiología, que espero poder convalidar a la perfección por mis asignaturas españolas, con un gran investigador. Y si, como bien decía al principio de la entrada, me voy en 15 días, exactamente el día 15 de septiembre a las 11:30 de la mañana desde Madrid, así que sólo me queda decir....¡ANDIAMO!
"Torino es la gran ciudad italiana desconocida, eclipsada por Roma o por Milán. Denominada como la capital de los Alpes italianos. Podría compararse en tamaño, incluso llegando a superarla, a nuestra Valencia española, alcanzando un promedio de 2 millones de habitantes. Está situada al noroeste, para entendernos, arriba arriba de la bota que dibuja Italia. Tiene un clima muy frío en invierno, y bastante caluroso en verano. Cuentan las personas que la han visitado, que enamora, que tiene algo especial y mágico"
